Unos días tensos en la Casa Blanca
y el Kremlin, por el reciente ataque
químico contra la población siria
en una de las guerras más terribles
del actual siglo. El régimen de Bashar
al-Ásad lleva años en el punto de mira
por la situación que está viviendo su país,
con la ya popular crisis de los refugiados.
Indudablemente, la población mundial se
está viendo afectada por la sangrienta lucha
a la que ahora se unen las armas químicas.
Algo inhumano, atroz y lamentable. Nada
fácil de resolver por la comunidad
internacional, a pesar de las constantes
reuniones e intercambio de discursos.
Pero todos apuntan a Rusia. La venta de
armas y el apoyo de Vladimir Putin al
gobernador sirio supone un bloqueo para
comenzar el camino de la paz. Pero,
no parece que los rusos estén por la
labor de colaborar en la lucha contra
el terrorismo, como afirman.
Nos quedan años de conflicto, porque
a Putin le mola la guerra. Eso sí, Donald
Trump también es un rival duro y seguro
le planta cara. Estados Unidos vs Rusia,
todo un clásico.
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