Era lo que nos faltaba ya por ver.
El fútbol, el deporte tan popular
en Europa que nos permite abstraernos
y olvidar por momentos la complicada
situación económica y política que
vivimos -sobre todo los españoles-
se ha visto afectado por el terror de
aquellos que pretenden convertir
el mundo en una auténtica guerra.
Un ataque bomba al autobús del
Borussia de Dortmund y el partido,
suspendido. Por suerte, tan solo un
jugador y un agente han resultado
heridos leves. Pero por desgracia,
ni siquiera ya estamos tranquilos
en las mágicas noches de Champions.
Un poquito de por favor, terroristas.
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