jueves, 13 de abril de 2017

Humanos “tecnológicos” contra robots: una lucha por el empleo

Los expertos e investigadores coinciden en una progresiva transformación del trabajo, que cada vez requerirá más conocimientos en especialidades directamente relacionadas con las tecnologías como el análisis de datos, la programación informática, el desarrollo de apps móviles, las redes sociales o el marketing digital. La creatividad y la humanidad de los trabajadores también serán la mejor arma contra los procesos automatizados


Que el aprendizaje continuo del ser humano debe reinventarse, evolucionar y prepararse para el futuro que se avecina es ya una realidad, aunque siempre se haya dicho que ante todo cambio tecnológico debemos adaptarnos. Quizás esa idea se eleve ahora al máximo exponente dada la revolución tan grande que vivimos y, sobre todo, viviremos. Un futuro dominado por todo tipo de tecnologías (incluyendo los robots), que coparán casi todas las actividades laborales y personales. Puede parecer un tanto exagerado pero lo cierto es que ya hay muchos aparatos inteligentes que están siendo aprovechados por empresas, al igual que encontramos cada vez más inventos enfocados a mejorar nuestro día a día.

Humano y robot.
Foto: eluniversal.com

Pero antes de abordar las claves de esos verdaderos “Terminators” del trabajo humano debemos incidir en las características que definen al empleado actual y de los próximos años. La reconversión de profesiones de toda la vida se orienta al entorno online como el ejemplo del comercial, que ahora debe trabajar a través de una pantalla. Cada vez serán más necesarios los perfiles digitales en todo tipo de corporaciones, se demandarán puestos de reciente creación e incluso muchos que están todavía por descubrir.

La directora de InfoJobs, Dominique Cerri, reconoce el “boom” que están teniendo trabajos de experto en redes sociales, en Big Data, en HTML5, programador en diversos lenguajes o desarrollador web o de apps. Algunas de estas profesiones tienen un gran volumen de vacantes y baja competencia, por lo que son oportunidades idóneas en un mercado laboral tan ajustado. Ciberseguridad o inteligencia artificial son dos campos con gran proyección, aunque algo tan tradicional como la publicidad también está generando variedad de perfiles debido a la multitud de canales de comunicación existentes y el objetivo empresarial de acapararlos para vender mejor la marca.

Las destrezas y capacidades propias de cada persona van a ser fundamentales para diferenciarnos del resto de trabajadores, porque ya no importarán tanto los títulos académicos como las habilidades específicas que se tengan. Ser autodidacta o aprender nuevas competencias por sí mismo será un requisito necesario en un mundo laboral que cambia constantemente y a velocidades insospechadas. Esto se puede comparar con lo ocurrido en los medios de comunicación cuando no tuvieron más remedio que sumarse a la denominada convergencia para poder sobrevivir en el nuevo entorno.

Los profesionales deben ser multidisciplinares y polivalentes, no dejar nunca de aprender nuevos conceptos y prácticas porque si el trabajo evoluciona, los trabajadores también. Todo lo que sea no estar al día supone una desventaja importante. En nuestras manos está nuestro futuro laboral. Pero… ¿cómo nos afectarán los robots?

Según afirmó el IESE Business School en un estudio,

los trabajos rutinarios, ya sean manuales o cognitivos, están en peligro porque se pueden automatizar rápido y por poco dinero.

Otros, en cambio, revelan que los robots no suponen una amenaza porque más que quitar trabajo, lo complementan y nos ayudan. Creo que ambas posiciones son acertadas. Es una realidad y cada vez lo será más. La clave está en fomentar la colaboración entre humanos y máquinas, en vez de competir con ellas. También en aprovechar dos características que nunca tendrán los robots (o eso esperamos todos): el cariño y la creatividad. Los trabajos donde se requiera eso serán insustituibles.

Internet de las Cosas en el hogar.
Foto: reasonwhy.es

Es cuestión de diferenciarse y obtener unas ventajas comparativas, puesto que las máquinas también empiezan ya a realizar tareas no repetitivas como conducir vehículos, diagnosticar enfermedades o limpiar superficies. Ya no solo se trata de grandes artefactos que hay en las industrias, sino que cada vez se crean más objetos inteligentes y pequeños que estarán en los transportes, hogares y nuestro propio cuerpo (los wearables) . El llamado Internet de las Cosas se adueñará de todos los aparatos “tontos”, que el día de mañana serán “inteligentes”.

La Federación Internacional de Robótica (IFR) previó que entre 2016 y 2019 la cantidad de robots en las viviendas se incrementaría a 31 millones. Unas cifras en alza. Eso sí, siempre hay que mantener una postura crítica con respecto a los inventos. No todos suponen una mejora para las tareas de la vida humana. Estoy viendo muchas tecnologías que son totalmente inútiles. Si no beneficia al progreso, no sirven.

¡Que no se nos vaya de las manos!
*Artículo publicado en www.elperiodicum.es el 30/03/2017.*

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