Las elecciones presidenciales en Francia se están
siguiendo en gran parte de Europa ante el peligro
que puede suponer la victoria de la candidata
del Frente Nacional, Marine Le Pen, quien se llegó
a poner por delante en el recuento de votos de la
primera vuelta celebrada el pasado domingo 23 de abril.
Pero su máximo rival en las urnas -Emmanuel Macron,
ex ministro de Hollande- logró remontar y ganar finalmente
con un 24% de los votos frente el 21'3% de Le Pen.
Sorprendente fue la 4ª posición del partido de la izquierda
antiliberal -liderado por Jean-Luc Mélenchon- con un 19'6%.
A pesar de la victoria por esa escasa diferencia, la posible
llegada al Elíseo de Le Pen mantuvo en vilo a varios países
europeos porque la candidata está decidida a sacar al país
galo del euro. Y eso, no gusta al 68% de los franceses.
Probablemente, ese es el mayor obstáculo que tiene para
ganarse la confianza de los votantes y acceder a la
presidencia. De momento, toca esperar a la vuelta -como
si de un partido de Champions se tratase- para conocer
al nuevo presidente francés. Macron parte con ventaja
incluso en los sondeos pero Le Pen no se rinde. Todo
por decidir en unas presidenciales que van más allá
de Francia. El futuro de Europa está en juego.
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